18 de octubre de 2011

Aquello

Me sacó aquellas tres cosas.

"Quiero que guardes todas las noches que hemos pasado juntos."

"Quiero que guardes toda nuestra historia juntos, ilustrada además por una gran escritora, o por lo menos según Mercedes Molina."

"Y... quiero también... que guardes nuestro principio." Me sacó el cuaderno. Miré la portada y no me cupo ninguna duda. Sólo sentía aquello que notas cuando ves una foto de una época lejana, bonita, y te trae buenos recuerdos... y nada más.

"Espero que te vaya todo muy bien, Carol. Pero no te quedes sola. Eso no te lo mereces. La gente te quiere mucho, tus amigas te quieren mucho [...]." Lo miré. No sabía cómo había sentido lo que estaba pensando. Merecía quedarme sola. Sintiera lo que sintiese ya, todo había ido demasiado lejos. Ahora estoy menos confusa, y sin embargo no me perdonaré nada de lo que hice hace poco, no porque lo hice, sino por cómo lo hice. No lo tuve claro y herí de corazón a varias personas. Y ahora siento que debo rehacer las cosas, con más seguridad, más fuerza, más sinceridad... y sola. Y me dice que no merezco estarlo.

"Espero que te vaya muy bien en el mundo de la música." Él nunca supo nada de ese mundo, era mío y me permitió que lo fuese mientras le amé. A veces me hubiera gustado compartirlo, pero era imposible. Supo burlarse y respetar mi música a la vez. Supo quererla un poco sin comprender por qué me lleva tanto tiempo día a día. Es mi pasión. Y ahora él, que se aleja para siempre de todas mis pasiones, lo va viendo claro. Le dediqué una media sonrisa.

Vi al trasluz el brillo de una lágrima que se había resbalado por su cara. Su sonrisa estaba vacía de esperanza, se la he arrebatado toda y me la he adueñado. Lejos de aquí encontraría a alguien que le tratase mejor que yo, y que fuese mil veces mejor, y estoy convencida de ello. Si no lo estuviese, ahora estaría llorando de culpabilidad. Pero esto ya es un nuevo capítulo, y estoy espectante por saber cómo le irá. Volverá a ser como era antes de que llegase a él, sólo que con algunas rarezas que le he pegado... Y esperaré a ver cómo me sonríe, cuando tengamos otras vidas. Y me sentiré orgullosa porque ese hombre, en un tiempo, me completó. Porque experimenté cómo le amaba y cómo dejaba de hacerlo. Porque hoy me ha hecho sentir verdaderamente libre de aquellos remordimientos.

Ahora que he guardado todos los regalos, he pensado si le habría contestado a su última pregunta lo mismo que hace dos años si le siguiera amando. Creo que la respuesta aquel día tan lejano fue tan espontánea y tan sentida que le hubiera contestado exactamente lo mismo. Pero él no ha esperado a que le contestase. Ya le he dicho que no le amaba a él. Sabía que no iba a decirle aquello que aliviara su corazón, pero sigue teniendo muy reprimida una esperanza ciega en nosotros, y no tiene ninguna en él ni en sus posibilidades.

Yo, sin embargo, puedo saber su futuro. Si no cambia su sonrisa y mantiene su carácter intacto, encontrará a muchas personas mucho más especiales allá donde vaya.

Mientras yo forjaré este nuevo capítulo aparte con estos nuevos sentimientos. Con esta nueva ansia de fiera. Con este afán de bohemia. Con mi piano a cuestas. Con las pequeñas cosas y las sonrisas grandes. Conmigo.

Y gracias por esto y todo aquello, Carlos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario