1 de mayo de 2012

Romance a la plenitud

Hoy en tí he descubierto
todo lo que no esperaba,
he oído bajo tu voz
el canto de mis mañanas.
Hoy me he despertado aquí
en tu hogar, entre tus sábanas
rozando tu dulce piel, 
mi amado jardín de nácar.

Amor, mi sed, allí mi triunfo
encontré, en tu alma,
viviendo en tí y en nosotros
amando lo que anhelaba.

Tu respirar fue un susurro 
que me fue otorgando alas
te besé suave la frente
tú acariciabas mi cara...
Tus manos fueron surcando
un camino en este alba,
el aire se tornó cálido
y mi pecho explotaba.
Me acercaste con los ojos
y allí me sentí abrazada:
en tu dulce piel de oro, 
en mi gran jardín de nácar.

Me has acariciado el pelo,
me has dicho que me amabas,
me has dado la vida entera,
me has donado paz y calma.
Has hecho que cada día
quiera vivir por las mañanas.
Has hecho que cada noche
sueñe contigo abrazada.
Has hecho que al mirarte
vea en tus ojos el alba
y cada recuerdo tuyo es
luz de cada madrugada.
Yo te he dado sin embargo
una humilde voz de amada,
todo lo que yo tenía
y todo lo que tú anhelabas.

Y aquí y ahora, con estos versos
quiero darte mi esperanza
en ti, en mi, en nosotros y en todo
te doy mi cuerpo... y te doy mi alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario