27 de abril de 2011

Los desganados...

Hoy pretendo evadirme por completo del mundo, hasta que se me pase este dolor de cabeza y la inflamación de garganta que estoy sufriendo en silencio.
Hoy, además, menciono una sensación: desgana.
Puede ser leve, grave,... Pero, parándome a pensar, la más dañina, la más sufrible, es la duradera.
Cuando he sentido una leve desgana del mundo, del deber y del malestar físico, he pensado en toda esa gente que diariamente la sufre, se atormenta poco a poco y se consume.
Todo el frenesí que se apodera del mundo moderno, toda esa gente persiguiendo a otra gente, de forma ininterrumpida y atropellada: millones de personas... que sin embargo les crean desgana a otros que las
observan.
Y creo que la gente seguirá desmotivándose al ver a todos aquellos que corren y preguntarse hacia dónde lo hacen, por qué se mueven, donde se encuentra la "meta". Entonces pobres de ellos.

Pobres lo que no entienden que la vida es un camino hacia ninguna parte que te ofrece mil posibilidades, un millón de senderos tortuosos que al fin y al cabo para lo único que están es para que los acabes andando, con o sin prisa, utilizando como utópica meta la felicidad, que será el motor de tu movimiento.

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