15 de mayo de 2014

Los azules

Detrás, las luces ondulaban inmersas en la multiplicidad de azules.
Ante mí, y aunque el gris bañara la nitidez de sus facciones, la luz se concentraba en su cara, en todo su ser, y había un atractivo más allá de lo físico, de lo espiritual, algo que atravesaba la luz –por muy intensa que fuese- que hacía detener todo cuanto había a su alrededor. Neutralizaba con su mirada cualquier pensamiento y hacía del silencio significado.
Abrió los ojos como siempre los abre y buscó el vacío que me atrae inexorablemente hacia él.


No, no fue simple aquel momento. Tuvo que suceder algún milagro.

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